jueves, 27 de septiembre de 2007

ENTRE CHILLIDOS Y REBUZNOS VA LA REVOLUCIÓN



El "empresario" Uzcátegui


Desde Washington DC.
Chillidos. (El Universal, 24-09-2007)
Hugo Chávez admite que “hay problemas entre Petrobrás y Petróleos de Venezuela, que no se ponen de acuerdo”. Y añadió: “Por eso es que la integración no puede dejarse en manos de los técnicos”. De cuál desencuentro habla Hugo Chávez? Del que existe entre lo que él llama “la visión” de PDVSA, por una parte, y la prudencia de la gerencia de Petrobrás por la otra, en relación con el proyecto del gasoducto Trans-Amazónico.
Chávez dice que “PDVSA hace grandes esfuerzos para entender cuál es el problema de Petrobrás sobre el gasoducto”. El dictador Venezolano argumenta que el proyecto se “ha enfriado” debido a las presiones de la derecha política del Brasil y las maniobras de la CIA. El dice, con arrogancia, que “ya puso órden en su burocracia y supone que Lula hará lo mismo con la suya”. Lo que él llama “poner órden”en su burocracia es pegarle cuatro gritos al infeliz ministro-presidente de PDVSA sobre lo que debe hacer. Lula, por el contrario, no quiere ni puede hablarle así a los gerentes de Petrobrás, empresa que está semi-privatizada y que posee un cuerpo de gerentes profesionales a cargo de su manejo, en lugar de un grupo de mandaderos.
Petrobrás dice que en Venezuela no hay suficientes reservas de gas natural no asociado que puedan garantizar un suministro permanente al gasoducto por el tiempo de vida requerido. En eso los Brasileños tienen razón y quien diga lo contrario es un mentiroso o un ignorante. Ya Petrobrás hace los planes para obtener gas licuado de fuentes lejanas y ha desechado a nivel técnico la idea descabellada del gasoducto, el cuál permanece solo en la cabeza llena de cucarachas de Hugo Chávez.
Petrobrás debe pensar que hacer un proyecto conjunto con una empresa como PDVSA es como pedirle a Jody Foster que trabaje en una película con París Hilton, es decir, combinar zapatos con alpargatas. Ya hemos dicho en artículo anterior que Petrobrás era un fracaso hace 25 años pero se compuso y que PDVSA era un éxito hace 25 años pero se prostituyó. Ahora, los papeles de confiabilidad y prestigio de ambas empresas se han invertido y así seguirán, mientras PDVSA no retorne a manos de una gerencia profesional, capaz y honesta.
Rebuznos. (El Universal, 24-09-2007)
En otra noticia que para los pelos de punta el empresario Alejandro Uzcátegui, presidente de Empreven, organización de empresario$ que respaldan a Hugo Chávez, considera que el Banco Central “debe formar parte del proyecto de desarrollo nacional” de Chávez y que, por ello, está de acuerdo en que el presidente administre todo el dinero de ese banco y se acabe su autonomía. Al ser preguntado si está de acuerdo con que las reservas internacionales sean utilizadas para financiar el gasto público, el genio financiero responde afirmativamente y dice: “No estamos de acuerdo con esas teorías económicas neo-liberales”, aludiendo a quienes critican el saqueo de las reservas internacionales por parte de Chávez.
Al ser preguntado sobre la inflación Venezolana, la más alta de América Latina, Uzcátegui sentencia: “Esos economistas se han equivocado con la revolución bolivariana… la inflación no ha llegado a 200% como han dicho”. Para este empresario cualquiera tasa de inflación menor al 200% debe ser aceptable.
Uzcátegui considera que una inflación del 17% (en realidad es superior al 20% en base al IPC) no es preocupante y que todo va sobre uedas. El Banco Central, agrega, no debe estar al servicio de un hombre sino al servicio del proyecto de desarrollo liderado por Hugo Chávez. Como verá el lector, habla del mismo negro con diferente cachimbo.
Uzcátegui es uno de los hombres con quien cuenta Chávez para salvar a Venezuela. Importando $10.000 millones por trimestre, mucho de ese dinero en comida, repartiendo miles de millones de dólares petroleros entre déspotas y mediocridades del hemisferio, comprando $8000 millones en armas, cayéndole a realazos a los pobres, a los militares y a los empresarios genuflexos, Chávez lleva al país hacia el abismo a paso de vencedores.
Y ello tiene a Uzcátegui muy contento. Que problema con los Uzcátegui, caramba.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Sr. Coronel, me va a permitir una disgresión con el título de su interesante artículo. No sólo chillidos y rebuznos como los que usted acertadamente describe rodean a la mal llamada revolución de Chávez. Hay sobre todo una creciente corrupción, una dilapidación de los dineros públicos, un relajo mayúsculo de la moral ciudadana, una destrucción permanente de las institucionalidad democrática, una chabacanería mayúscula en la acción de gobierno, y un aumento de la desesperanza en el camino trazado de llevar al país por la senda del castrocomunismo, entre otras calamidades...Por cierto, al rebuzno de Uzcátegui se suma el no menos chillirebuzno de Mary Pili en un artículo de hoy sobre el Banco Central....Si no lo ha leído, hágalo, pues representa una singular muestra de la mayor ignorancia en materia monetaria que realmente hemos visto sobre este tema...Para coger palco...Lo saluda, su atento lector, Luis Antonio Hurtado.