sábado, 15 de agosto de 2009

Mejor que cortar una rama es arrancar la raíz.






“Si deseamos que se respete la ley hagamos leyes respetables”.
Louis Brandeis, Magistrado de la Corte Suprema de los Estados Unidos.

Henry David Thoreau, (en foto), influenciado por Ralph Waldo Emerson, escribió un ensayo sobre la desobediencia civil como imperativo moral. Dijo que una ley injusta nos obliga a combatirla, a desconocerla, so pena de convertirnos en cómplices. Pero agregó que era preciso atacar la raíz, más que cortar una rama. Pensaba, probablemente, que una mala ley, aunque combatida y erradicada, puede ser seguida por otras malas leyes. Es el agente generador de malas leyes el que debe ser extirpado. El esfuerzo de la gente libre debe estar enfocado a arrancar de una vez por todas la mala raíz.
El ensayo de Thoreau sirvió de inspiración a dos grandes y exitosos movimientos de desobediencia civil: el de Gandi en la India y el de Martin Luther King en USA. Estos movimientos tuvieron éxito porque pudieron disfrutar de tres ingredientes pricipales: un líderazgo sólido; una causa justa y grandes segmentos de la población dispuestos a pagar el precio de su desobediencia. Cuando menciono un liderazgo sólido no me refiero exclusivamente a Gandi y a King. Ellos fueron las cabezas visibles, los símbolos de esos movimientos, pero ambos contaron con un equipo compacto que les sirvió de apoyo estratégico y moral. Al hablar de una causa justa no pretendo decir que toda la sociedad estuvo de parte de los movimientos. En la India Gandi tuvo detractores importantes mientras que en USA King no fue bien visto por millones de ciudadanos culturalmente predispuestos a aceptar la discriminación racial como un hecho “natural”. Sin embargo, el deseo de independencia y libertad, en el caso de la India, y el reclamo de seres humanos por un lugar iguál en la sociedad, en el caso de los Estados Unidos, tuvieron eco en mucha gente. Esa gente comprendió que para lograr el éxito de su causa era necesario estar dispuestos a pagar un precio: prisión, golpes, represión, daños morales, exilio. Thoreau decía que ir a la cárcel por desobedecer a la injusticia le otorgaba al hombre su verdadera condición humana.
Atacar la raíz, más que cortar las ramas tiene un profundo valor estratégico. En la Venezuela de esta trágica década quienes nos oponemos a la injusticia, la ignorancia y la represión hemos estado más atentos a cortar ramas que a extirpar la raíz. De allí que la gran batalla por PDVSA terminara con la derrota de un valiosísimo segmento de la sociedad venezolana, la Gente del Petróleo. Y que la primera gran batalla por la libertad de expresión terminara con otra derrota, el cierre de RCTV. Las batallas que se han dado han estado caracterizadas por inlcuir a importantes segmentos de la sociedad pero no han logrado involucrar a la sociedad como un todo, no han podido eliminar la criminal indiferencia de miles de compatriotas. En Abril 2002 la sociedad venezolana se resteó y el déspota salió del poder, su renuncia anunciada en cadena nacional por uno de sus mismos cómplices, hoy embajador en Lisboa. Su regreso se debió a la torpeza de algunos actores de circunstancia y a la miopía de algunos militares hoy en desgracia.No fué una acción popular para restituirlo en el poder, como se ha querido hacer ver.
Hoy el país enfrenta una nueva gran crisis. Un crisis anterior condujo a la poliización y destrucción de PDVSA. Otra llevó al cierre y confiscación de los activos de una importante estación televisora. Todavía otra gran crisis condujo a la prostitución definitiva de la constitución, cuando el déspota la modificó ilegalmnte para poder re-elegirse indefinidamente. Hoy, una mal llamada Ley de Educación, aprobada por el régimen de manera inconsulta y obscena, pretende consagrar la adoctrinación y eliminar la libertad de enseñanza para los niños y jóvenes del país. Esta nueva crisis representa una amenaza cierta de destrucción moral para la sociedad venezolana pero también representa una nueva oportunidad para llevar a cabo una acción masiva de desobediencia civil que vaya dirigida a extirpar la raíz, más que a cortar una rama.
Insurgencia civil, desobediencia, negativa a seguir considerando al régimen como legítimo es el deber de todos quienes amamos la libertad y creemos en un futuro digno para la sociedad venezolana.



2 comentarios:

Profesora dijo...

Estoy en total acuerdo con ud.Mr;Coronel,nuestros compatriotas,estan apaticos e indiferentes ante esta cruel realidad que vive el pais,pero la desobediencia civil,comenzando por no decir republica BOLIVARIANA,ni presidente Chavez,ni fuerzas armadas Bolivarianas,ni ninas.ninos etc esa cantidad de estupideces que invento el loco,ademas,los medios no deben dar ninguna noticia relacionada con actos del GORILON, para eso encadena 8 y 10 horas,ni mandar los ninos a la escuela, y jamas dejar las calles, pero todo eso es bueno si el pueblo apoya, pero si es un grupo de estudiantes,periodistas y politicos, lo unico que hara la dicatdura es perseguirlos,ponerlos presos y matarlos, ademas de hacerlos ir al exilio.PUEBLO PORFA DESPIERTA

Anónimo dijo...

Profesora este pueblo desperto hace 10 años lo que pasa es que uds viven en una sola disociacion que los tiene al borde de la locura que raya en lo estupido e imbecil a la N potencia.
Profesora no nombraremos lo que ud dice,en su lugar utilizaremos palabras como:bitumen(coronel no te arreches)CAP,Gonzalo Barrios,Compañeros de AD,Robos,Fraudes,Desfalcos,Faja del orinoco,Golpes de estado,Guarimbas,Paros petroleros,20.000.000.000 de $,Pitiyanquis,EScualidos,Disociados,locos de carretera,Masacres de amparo etc,
Profesora sera que le cuesta ser mas original,no repita lo que escribe coronel como loro agarrado por el rabo,haga un esfuerzo y denos una idea clara,cuerda y propia.

NO VOLVERAN PITYANQUITOS ARRASTRADOS