viernes, 30 de octubre de 2009

Jesús Labrador y su Petronila: una historia de la Venezuela de hoy

"me llamo Jesús Labrador y mato a quien lo merezca... por platica".

La televisora italiana ha producido un reportaje con un sicario venezolano llamado Jesús Labrador, un hombre joven de unos 28 años, quien posee una pistola GLOCK llamada afectuosamente Petronila. Labrador la alquila a quien le pague entre el equivalente de 1200 a 2000 euros para matar a alguien. Al presentarse ante la cámara dice, agitando la GLOCK: “Me llamo Jesús Labrador y mato a todo quien se lo merezca, por platica…pum”. Y quien lo merece? Pués todo aquel que tenga la cabeza a precio.
Al levantarse la camisa ofrece al televidente un paisaje desolador: un vientre deforme, una herida que va del ombligo hasta los testículos, uno de los cuáles ya no existe y varias cicatrices de bala. “Tengo cinco balas en el cuerpo”, dice con orgullo. Desde los doce años he tenido experiencia. El primer muerto fue algo serio…. Ahora cuando mato es como un deporte para mí…me siento contento al matar porque se que mi paga está cerca”. Dice haber matado a diez y seis personas.
La entrevista tiene algo de truculenta, con un reportero que enfatiza los aspectos lúgubres del país, de la ciudad y de los personajes que la habitan. En realidad, no es mucho lo que tiene que exagerar. La Caracas que se ve en el documental es una ciudad sucia, desordenada, llena de miseria. El chofer que lo lleva a la entrevista exhibe un lenguaje de los bajos fondos. A pesar de eso le confiesa con satisfacción al reportero italiano que “tiene una bella casa, un bello auto y un buen sueldo”. Por ello, agrega: “Trataré de que mi hijo, aun pequeño, no tenga que trabajar todo lo que yo trabajo”. Quien lo oye deduce que se considera de clase media alta. Hablando de la comunidad donde vive, explica: “Muchos trabajan, otros están en drogas, otros roban”. Y añade que no se siente inseguro porque es conocido en el barrio. Dice tener casi treinta años y haber visto morir asesinados a tres familiares de poca edad, adolescentes casi. “Llegar a mi edad en esta ciudad”, agrega, “es casi un milagro”.
Jesús Labrador, el sicario, parece un ser venido de otro planeta, por la manera como habla de la vida y de la muerte. “me les acerco, saco la pistola y pum… Antes los he estudiado unos tres o cuatro días, cuando salen, cuando llegan a la casa, etc. Cuando se da la oportunidad me adelanto sin miedo y… ya están muertos… El último que maté, hace unos días, tenía 26 años. No le cobré completo a la mujer que me hizo el encargo porque ella me dió lástima. El tipo era una rata. Todos a quienes mato son unas ratas”.
Eso sí, Labrador es muy religioso y anda con una medalla al pecho. Dice que Dios no tiene jurisdicción en la tierra sino en el cielo, que en la tierra la ley es de ellos. Labrador tiene una familia, un hijito de dos años a quien adora y a quien le desea que sea muy feliz, como lo es él.
Viendo este documental no reconozco al país que yo conocí ni reconozco a esta gente que lo habita. En el pueblo donde crecí había mucha gente muy pobre pero nunca ví ni oí nada remotamente similar al horror de Jesús Labrador y su pistola GLOCK, anhelante por matar a alguien porque “se lo merece”.
Me pregunto: por cuál país estamos peleando? Como hemos dejado llegar a la sociedad venezolana a lo que es hoy?
Los dos videos, Parte I y Parte II, producidos por la televisión italiana pueden accesarse en los links siguientes:
Primera http://www.video.mediaset.it/mplayer.html?sito=iene&data=2007/09/1 ,

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